I
Se llamaba Caridad
la mulata de Santiago.
Era Caridad del Cobre
de las que cortan el trago.
Niña de canela y ron,
mulata de sabrosura,
abierta como una flor . . . .
¡ Caballero, qué hermosura!
Y cuando miraba el monte
de sus pechos, dulce caña,
escuchen cómo la sangre
se me encendía y cantaba,
que empezaba el son montuno
de la flor de su papaya.
Estribillo
Arrebátate, negra Caridad,
arrebátate, Caridad del Cobre,
arrebátate, vamos a gozá,
arrebátate, vámonos pal monte,
que con ese gozo que tú me das,
me da pá salí, pá salí de pobre,
arrebátate, negra Caridad,
arrebátate, Caridad del Cobre . . . .
II
No puedo olvidar su pelo,
ni el tacto de su cintura,
la melaza de su pecho,
¡ caballero, qué locura!
Cuando con ella fui al monte
yo que era pobre y sin plata,
por un momento fui rico
con el oro que me daba,
me da pá salí de pobre
el cobre de esta mulata.
Al estribillo y final
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